miércoles, 23 de enero de 2008

Cuando la distancia endurece el corazón

Portada de El Correo:

27.000 niños mueren al día por dolencias que podrían erradicarse.

Mañana discutiré con mi compañero si Luis Fabiano renovará o no con el Sevilla. Mañana mis alumnos comentarán si el sábado hay fiesta o no en la Discoteca. Mañana el mundo seguirá siendo un poquito más inhumano. Mañana morirán otros 27.000 niños.

Esa es la REALIDAD. Pero también las realidades se transforman poquito a poco, y a lo mejor mañana hablaremos en clase de los niños que mueren y del consumismo que practicamos, y a lo mejor mañana alguien decide consumir menos y ser más solidario, y a lo mejor mañana, cuando el sol se ponga, seguirán muriendo 27.000 niños pero ya el mundo será menos inhumano, porque habrá alguien más con la Esperanza de que esto cambie, y se pondrá manos a la obra.

La Paz se construye con Solidaridad. La Solidaridad derriba los muros de la Injusticia y de la Distancia, ablanda los corazones y hace que el mundo sea un poquito más humano.

2 comentarios:

Clara dijo...

¿Sabes, Fernando?
Tienes mucha razón. Somos materialistas, consumistas, egoístas. Nos da igual cómo hacemos sentir a los demás, si le hacemos daño. Solemos descubrir entre nosotros las diferencias y no las cosas que nos unen. No estoy segura de que podamos resolver personas pequeñas como nosotros que esos 27.000 niños dejen de morir, pero la solidaridad está con cada uno de nosotros. Amar al que pasa por nuestro lado, amar a todos, ser los primeros en amar, amar a tu enemigo, amar, amar, amar... así conseguiremos se solidarios y una fraternidad universal. Esta fiesta de dominó de amor puede que llegue a ese mundo donde mueren tantos niños, donde hay hambre, guerra, incomprensión, enemistad, desasosiego, abandono. Pero no creais que esto es sólo un montón de palabras bonitas... es muy duro, durísimo, convertirlo en realidad. Si lo hacemos, la solidaridad y la fraternidad serán sinónimos.
Besos, Fer.

Fernando Monsalve Martínez dijo...

La primera prueba del Amor es saber y conseguir alternativas posibles, inéditos viables, al consumismo feroz que nos atosiga. Pero es complicado. No puede haber fraternidad cuando nos comemos casi todo el pastel. Gracias, Clara, por tu comentario.