martes, 22 de enero de 2008

Ojos que no ven... corazón infeliz




Las experiencias de encuentros solidarios con personas y pueblos de otras culturas nos despiertan o potencian la capacidad de ampliar nuestro campo de visión de la REALIDAD. Lo REAL, no lo imaginario, es lo que va a determinar nuestro margen de maniobra para tomar opciones en nuestra vida que nos hagan ser más felices.




Mientras nuestro campo "visual" y "afectivo" se reduzca a nuestro alrededor más próximo nos perderemos la riqueza de lo distinto, de lo diverso y de lo diferente, como elementos de realización igualmente válidos o mejores, como llamadas (vocaciones) alternativas a lo "cultural y socialmente" impuesto-propuesto.




La comunicación y el encuentro con el "otro", especialmente el "otro" necesitado, nos hace tomar conciencia de nuestras carencias y necesidades, paso previo al contacto solidario de ida y vuelta, no del poderoso frente al débil, sino del necesitado al solidario, que se vuelve necesitado ante la solidaridad del primero.




La verdadera solidaridad o es bidireccional o no es solidaridad, o se da desde el encuentro y el diálogo o no es solidaridad. Ante el necesitado de mí, descubro mis miserias, que se vuelven necesidades y búsqueda del "otro".

No hay comentarios: